jueves, 18 de octubre de 2012

Vitalia vitalidad



Vitalia vitalidad

Por Olga Lidia Pérez

Fue en septiembre de 1997, al iniciar la hermosa aventura de las bienales Identidad de homenaje a Ada Elba Pérez, cuando conocí a Vitalia Figueroa. Era probablemente, entre aquellos primeros participantes, la que más atrás en el tiempo había nacido, y a la vez, una de los que más intensamente vivía, como si recién se adentrara en la adolescencia. No paraba de hacer uso del don de la improvisación, ágil, pícara, traviesa.

En Jarahueca, provincia de Sancti Spíritus, que fue la sede única de aquel primer evento, no solo participó en las actividades regidas por la música campesina y el repentismo, sino en todas las que se celebraron, siempre sonriente, incansable. Cuando retornábamos a La Habana bien exhaustos todos, Vitalia anunció que esa misma noche tendría una canturía a la que sin dudas iba a llevar su brío tremendo, su osadía toda.

Asombrada ante tal energía, la llamé Vitalia Vitalidad, en una décima que escribí mientras culminábamos la travesía, pero que no alcanzó a describirla, claro está. 

Vitalia Figueroa, matancera de nacimiento, güinera por adopción y habanera por profesión y corazón, fue desde bien joven una mujer osada, capaz de irrumpir y triunfar en un arte entonces copado casi totalmente por los hombres: el arte de improvisar. 

Vita y su pasión por la décima, por el misterio del repentismo, llegaron no ya a las canturías sino también a la radio. Durante veintidós años trabajó en “Vivimos en campo alegre” de Radio Rebelde, y participó regularmente en otros como “El guateque del mediodía”, “Buenos días, agricultor”, o “La Parranda”. Y ha recorrido además el país todo, y fue fundadora de las Jornadas Cucalambeanas, y no ha quedado reto poético que no haya enfrentado y vencido.
Y por toda esta consagración y por la historia que siguió esculpiendo, incansable, recibió en el 2009, de manos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, un Diploma otorgado por la Cátedra de Improvisación del Instituto Superior de Arte.
En 1998, fundó además, en Arrollo Naranjo, la peña “Justo Vega”, un espacio cultural comunitario, dedicado a la décima y al repentismo que condujo durante más de una década, con el mismo entusiasmo con el que improvisaba.

De Vitalia, el poeta Waldo González afirmó “es una improvisadora nata y neta, pues lo hace con facilidad y espontaneidad extraordinarias, por muy complejo que sea el pie forzado, y lo asume recurriendo a una amplia gama de tonadas que se apoyan en una voz excelente”.

Ediciones Extramuros editó en el 2009 su cuaderno Cuando se entrega el amor, que recoge una muestra de su quehacer en el repentismo. 

A punto de celebrar sus 79 años, su vitalidad legendaria, su sencillez, su osadía, su entrega, su frescura y su cubanía son parte irrefutable de la historia y del presente del repentismo cubano.
Permítanme compartir con ustedes, humildemente, y a modo de felicitación y admiración permanente por Vitalia, la décima que me hizo brotar aquel 21 de septiembre de 1997:

Vitalia vitalidad,
vitalidad vitaliana,
tan vital que se desgrana
en cantos de eternidad.
Toda la fragilidad
del mundo se desvanece
cuando Vitalia florece
en cada verso arrancado
al alma, y desesperado
un sueño nuevo nos crece. 



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